TU PAZ ES UNA DECISIÓN AHORA

La paz es una llamada interna que reconoces perfectamente. La aceptación es la experiencia resultante de responder a esta llamada.

La presencia es un estado que aúna la paz y la aceptación, va mucho más allá de estar presente, es la sublimación de un Amor que no tiene ni tiempo, ni limite, ni opuesto.

La conexión con este estado es lo que más deseas en el fondo de ti. Pues es reconocerte.

Sin embargo, distraídos en la identificación con nuestra historia personal, dejamos de experimentarlo y como consecuencia sentimos la pérdida de la armonía, la alegría y la fluidez que emanan de esta conexión.

Por paradójico que parezca estos estados no pueden perderse, pues son nuestra identidad esencial. Pero si podemos experimentarnos alejados de ellos. Tenemos ese poder y esa libertad.

Todo el trabajo interno que propongo es una vuelta a el estado de paz, armonía y presencia que está debajo de nuestro mundo emocional y mental, pues vivirnos desde nuestro estado natural es lo que pone fin a cualquier forma de sufrimiento o conflicto que experimentemos.

La paz, el amor y la presencia nos dejan radicalmente en íntimo contacto con Quien Somos y este contacto es la auténtica medicina.

Sobre Ana

Trabajo desde el año 2011 como tutora en la Escuela del Perdón – Asociación Conciencia.

Acompaño a las personas a descubrir la fuente de su felicidad en su interior. Y a la vez ellas me acompañan a mi.

Diseño talleres y retiros enfocados a la apertura del corazón y el despertar de la conciencia.

En ellos combino las distintas herramientas que he ido aprendiendo en mi camino.

El perdón es la base que sostiene toda la práctica interna. También la meditación, el movimiento auténtico, la danza libre y la expresión creativa.

Vivir desde la conexión con el Amor es el sentido que motiva mi vida.

Testimonios
LOMAR

Jorge Lomar

Con algunas personas no puedes imaginar que un día las conociste. Simplemente, están en tu corazón igual que el sol, las nubes, el mar o el viento. Nunca entraron en tu vida y ya nunca saldrán. Están siendo parte de ti, vida expresándose en “tu vida”. Ana es de la Familia. Me cuesta asignarle palabras, porque la veo totalmente.

Ana decidió sentir, sentir y sentir. Y cuando se dio cuenta de que los corazones humanos vivían estrangulados por el yugo de las ilusiones, puso todo su ser al servicio de la libertad del verdadero corazón. Exploró las selvas del intelecto y cada uno de los rituales, pero ya había conocido dentro de sí el sabor de la Libertad, la no-dualidad y la auténtica misericordia. Todo su viaje, alegre, sincero y profundo, está totalmente al servicio.

Divina y humana, sin escondrijos, la expresión de Ana destila el amor oculto en cada mirada, emite el aroma de lo sagrado en lo humano en cada interrelación. Quien disfruta de su compañía conoce la tierna comprensión, recuerda la mirada que va más allá de lo que se ve. Ella sabe que el tiempo sirve a lo eterno. Como la hadita de Peter Pan, allí donde va, Ana esparce polvo de estrellas, el recuerdo del Cielo expresándose en lo humano. Nadie queda indiferente en su presencia.

Gracias por viajar dentro de Nosotros. Siempre juntos.