Primero se mueven el corazón y la conciencia, después las acciones.
Todo lo que ofrezco en mis talleres, retiros y acompañamientos son maneras de volver a ti.
En mis encuentros te encontrarás contigo y aprenderás herramientas para seguir acompañándote en tu día a día.
Nuestro autoconocimiento engloba todos nuestros cuerpos, el mental, emocional, energético, físico y espiritual. El trabajo que propongo es en este sentido holístico.
Todos los encuentros son vivenciales y se apoyan en las herramientas que te comparto a continuación. Tu apertura y disposición hacen que la alquimia suceda y con ella tu transformación y tu anclaje a la paz.
La Conciencia traza el puente, el Corazón es quién lo cruza.
Navega en el Mundo del Corazón y la Conciencia
El perdón es un camino de autoconocimiento y autorrealización del Ser que ya eres.
La meditación es la practica donde se asientan y apoyan todas las demás. Más que la meditación, el estado meditativo o el silencio mental.
La meditación es la practica donde se asientan y apoyan todas las demás. Más que la meditación, el estado meditativo o el silencio mental.
El que no perdona se ve obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado. Su propio juicio le condena a él mismo al sufrimiento pues la energía que ofreces es la que recibes. Sanar es perdonar.
El perdón es un gesto interno sencillo para nuestro corazón y a la vez complicadísimo para nuestro ego.
El perdón más importante que tenemos que aprender a ofrecer es aquel que nos damos a nosotros mismos.
Soltar la lucha, la autoexigencia, los pensamientos de incapacidad e infravaloración nuestros miedos y culpas antiguas, nuestros viejos rencores, todo esto nos mantiene en un estado anímico desconectado de la alegría y la paz que merecemos por naturaleza y está en nuestras manos transformarlo.
En los encuentros y sesiones te enseño como y te acerco a este camino de sanación que comienza con una decisión “quiero paz” y acaba si tu quieres, descubriendo la profundidad de la no dualidad a través de UCDM y la filosofía Vedanta Advaita de la India.
Muchas personas me comparten su resistencia y dificultad para meditar y observo que esa dificultad se expresa porque están esperando conseguir algo.
La meditación no es algo a conseguir, es lo que se experimenta en sí mismo ante la escucha y la atención de lo que sucede en el momento. De ahí la experiencia puede derivar en silencio o no.
La observación es una mirada neutra, carente de juicio o análisis ante lo observado. No pretender nada, tan solo contempla y permite.
La observación unida a la respiración es meditación.
-Meditaciones en quietud:
– Meditaciones en movimiento: En este tipo de meditaciones el cuerpo participa como un elemento de ayuda al acceso del silencio y el estado de presencia.
– Meditaciones Activas de Osho:
A través de las cuales accedemos a un poderoso desbloqueo tanto energético como emocional.
– Movimiento Autentico:
Técnica que empezó con las investigaciones de la bailarina y pionera Mary Whitehouse entre los años 60 y 70.
Profundamente influenciada por las ideas de Carl G. Jung esta poderosa herramienta trabaja sacando a la luz información de nuestro inconsciente de manera directa y experiencial.
A través de ellas accedemos a la experiencia directa.
Dinámicas grupales: Ayudándonos de la energía grupal y del regalo de espejarnos que nos hacemos unos a otros.
Indagaciones: Son prácticas meditativas para abrir la conciencia del sentir y el autoconocimiento. Pueden realizarse por parejas, en grupo o de forma individual.
Puedes alzar las manos e intentar tocar el Cielo o puedes extenderlas junto al otro y Sentirlo.
El Amor fluirá a través nuestro cuando dominemos el arte de recibir. La intuición del corazón sabe que el Amor que nace del centro de nuestro Ser es constante y no conoce condiciones.
Somos nosotros quienes interponemos diques y obstáculos que frenan el flujo del Amor impidiéndole penetrar en nuestra experiencia.
Recibir es dejar de interponer obstáculos entre el Amor incondicional de tu Ser y tú propia percepción de ti mismo ante la idea de merecerlo.
Detectar tus propios obstáculos es vital para tu proceso de aprender a recibir.
Para poder dar has de abrirte primero a recibir.
Has de permitir que el Amor fluya hasta ti y te nutra, pues ¿cómo podrías darle a otro lo que todavía no te has dado a ti mismo?
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